[11/10/2013] El alquiler de
una vivienda, la cena en un restaurante, la
búsqueda de empleo o la visita al
médico pueden tornarse en situaciones de
vulnerabilidad para lesbianas, gais,
transexuales y bisexuales. “Estudio 2013
sobre discriminación por orientación sexual y/o
identidad de género en España”,
investigación realizada por la Federación
Estatal de Lesbianas, Gais,
Transexuales y Bisexuales, FELGTB, y el
colectivo LGTB de Madrid, COGAM, recogen
las vivencias de 762 personas LGTB residentes en
España y su autopercepción de
la discriminación sufrida en diferentes ámbitos
de la vida cotidiana.
El 44,6% de la población
participante se ha sentido discriminada por su
orientación sexual o identidad
de género en algún establecimiento privado
abierto al público, el 30% en el
ámbito de la hostelería. Sin embargo sólo 1 de
cada 3 tomó medidas,
principalmente poner una queja en el propio
local.
Más preocupante es, si cabe,
que en el ámbito laboral se han sentido
discriminadas el 31,2% de las personas
encuestadas. Las bromas son el padecimiento en
el 73% de las ocasiones, pero a
ello se suma que casi la mitad (47,5%) ha
sufrido trato discriminatorio por
otros compañeros, 24% acoso aboral, 20% trabas
en la promoción profesional y
para casi otro 20% su identidad de género o su
orientación sexual han supuesto
una traba en la búsqueda de empleo. En este
caso, dos tercios han tomado
medidas, principalmente ante la propia empresa
(30,9%), sindicato (9,2%) o
asociación LGTB (8,8%).
La Administración pública ha
sido un centro de discriminación para el 18%, y
la sanidad pública para el
20,2%, pese a que son espacios donde no se
muestra mayoritariamente la
orientación sexual y por tanto se da por hecho
la heterosexualidad de las y los
usuarios.
Centros
de
enseñanza
Sin embargo, una vez más,
vuelve a mostrarse que el principal lugar de
discriminación para la población
LGTB es el ámbito educativo. El 76% ha sufrido
homofobia, bifobia o transfobia
en su centro de estudios, principalmente colegio
o instituto, y ejercida por
sus compañeros/as (92,8%). El 26,9% menciona
también como victimario al
profesorado.
Las víctimas, en su mayoría
menores, se encuentran vulnerables, y sólo el
16% encuentra la determinación
para tomar medidas ante este bullying,
mayoritariamente quejándose ante el
propio centro educativo (86%).
Denuncia
Sólo el 5% ha acudido a la
Justicia tras haber sido objeto de LGTBfobia,
aunque el 40,6% cree que debería
haberlo hecho. Este desfase muestra una gran
indefensión de lesbianas, gais,
transexuales y bisexuales ante la discriminación
que sufren. Si bien el 55% no
lo hizo por desconfianza en el sistema, el 29%
no lo hizo por razones de
visibilidad.
Salir
del
armario
El miedo a salir del armario
paraliza, por tanto, a más de un cuarto de las
posibles denuncias relacionadas
con la discriminación por orientación sexual o
identidad de género. Numerosas
personas siguen percibiendo que la revelación de
su orientación es un riesgo
para ellas y por tanto la salida del armario no
es una opción libre.
Muchos comentarios que
acompañaban a las respuestas iban en el sentido
de la visibilidad. “No soy muy
visible”. “Nadie supo que era gay”. “Si fuera
amanerado o me vistiera de forma
no convencional, sería discriminado”. “Me
automargino para no tener problemas”.
Demandas
La fragilidad de lesbianas,
gais, transexuales y bisexuales es un problema
que las administraciones
públicas deberían abordar con políticas
proactivas que aseguren la igualdad
real, una vez alcanzada la igualdad legal. Si la
demanda de ayuda implica una
visibilización que no todas las personas LGTB
están preparadas para afrontar,
deben ser las administraciones públicas las
remuevan los obstáculos para el
libre ejercicio de los derechos de toda la
ciudadanía.
“Mientras en el Congreso
debaten sobre una ley que quiere eliminar la
educación contra los prejuicios
basados en orientación sexual e identidad de
género, lesbianas, gais,
transexuales y bisexuales tenemos que seguir
lidiando contra la discriminación
desde nuestra infancia. La homofobia, la bifobia
y la transfobia son problemas
reales que la administración se niega a abordar,
con las consecuentes
consecuencias en nuestras vidas”, ha destacado Esperanza
Montero, presidenta de COGAM.
La presidenta de FELGTB, Boti
García Rodrigo, ha afirmado que “los
datos son muy preocupantes y no pueden ser más
claros: hace falta una Ley de
Igualdad de Trato y No discriminación. No es un
tema partidista ni ideológico,
es un tema de seguridad jurídica urgente para
una parte de la ciudadanía.”
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Estudio completo: http://bit.ly/GOK3HH